ODÓN, UN POLÍTICO DIFERENTE
Una de las facetas que menos trasciende del insigne homenajeado hasta que te acercas al Universo Odoniano es la política. Quizás debido al exilio que sufrió en vida y hasta 30 años después de su muerte. Y eso que no fueron pocos los años que Odón dedicó a dicha labor, la cual fue activa, dando comienzo en un acto celebrado en Zaragoza en diciembre de 1884, en el cual tomó la palabra en representación del comité republicano de Zuera.
Concejal en Barcelona (1903)y Senador por dicha provincia durante el periodo largo de Maura (1907-1910).( Antes había sido candidato a Cortés por Santa Coloma de Farnés y por el distrito de Mérida-Albuquerque). Durante su andadura en la labor pública tuvo la oportunidad ( y ellos tuvieron el honor) de relacionarse con “grandes protagonistas” de la política de finales del XIX y principios del XX en España ( Salmerón, Pi y Margal, Castelar, Ferrer i Guardia). Fue testigo de primera fila de sucesos que marcaron la España de principios del s.XX ( la Semana Trágica de Barcelona, el nacimiento de los movimientos obreros y de los partidos catalanistas, las artimañas del poder corrupto (caciquismo y todas sus malas artes, la cuales sufrió el zufariense en sus carnes, cuando le fue “robada” el acta tras ganar las elecciones por el distrito primero de Barcelona (Barceloneta y Pueblo Nuevo/Poblenou).
Republicano convencido (radical en sus principios pero moderado en sus formas) frecuentó el trato de personas de distinta afiliación política (republicanos, socialistas, liberales, anarquistas) pero siempre con respeto y espíritu democrático.
Odón representaba un tipo diferente de político, enemigo irreconcibiliable de los personalismos, intrigas, falsedades, dogmas y capillitas de las que adolecía (¿y adolece actualmente) parte de la política. ¿ Que dirían sino los lectores de un político que estaba en su escaño al comenzar las sesiones y permanecía en él hasta que finalizaban las sesiones? Y eso que tenía que participar de asuntos tan ajenos a nuestro personaje como temas de Hacienda. Su labor en el Senado fue intensa y variada, de lo cual dejan constancia los Diarios de Sesiones.
En 1911 puso fin a su carrera política. Varios motivos fundamentaron dicha decisión(la muerte de su mentor en política, la práctica disolución del partido en el que militaba, etc) pero sin duda una tenía especial fuerza, sus relaciones ya bastantes sólidas con el Principe Alberto de Mónaco, el cual alentó y amplió sus planes y aspiraciones científicas, lo cual empujó a de Buen a dedicarse en “cuerpo y alma” a la oceanografía.
J. Gonzalvo.
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